18. Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida


Santa Brígida entrega la Regla a las Brígidas y los Brigidinos

En 1346 Santa Brígida de Suecia recibió la inspiración de fundar una nueva Orden religiosa. Le fue revelada la Santa Regla (Regula Salvatoris) que debía regir la vida en el monasterio, que tenía la particularidad de ser mixto: Santa Brígida fue la primera fundadora de una Orden monástica mixta, esto es, formada por hombres y mujeres que habitaban en un mismo monasterio con sus clausuras respectivas. El primero de estos “monasterios dobles” (cuya autoridad temporal era detentada por la abadesa) fue Vadstena (Suecia). En 1370 Urbano V con la Bula Hiis quae divini hacía saber a tres obispos suecos que concedía el permiso para esta fundación bajo la Regla de San Agustín, complementada con el texto de la Regula Salvatoris.

AMOR MEUS CRUCIFIXUS EST

La Orden posee un carácter exclusivamente contemplativo y tiene por finalidad primordial alabar al Señor y a la Santísima Virgen, ofreciendo reparación por los pecados de los hombres. La base de su espiritualidad cristocéntrica la constituye la Pasión del Salvador. Fue la hija de Santa Brígida, Santa Catalina de Suecia, la que consiguió la aprobación definitiva de la Orden y quien organizó, conforme a la Regla de la misma, el monasterio Madre de Vadstena. Por su celo espiritual y apostólico, por su eficaz labor en la instrucción del pueblo y por su actividad religiosa y cultural, la Orden se expandió por Europa con la fundación de alrededor de 64 monasterios y casas filiales. A partir del s. XVI, el horror luterano, las guerras de religión, y después la Revolución Francesa y las políticas de supresión y desamortización de diversos gobiernos europeos de los s. XVIII-XIX, llevaron a la Orden a su casi aniquilación total.

SANTA BRÍGIDA DE SUECIA

Santa Brígida nace en 1303 en Suecia. A los quince años se casa con un joven noble, Ulf. No estaba entre sus ideales contraer matrimonio, pero ante los deseos de su padre obedeció. Vivió en el castillo de Ulfasa, donde se encontró con una vida lujosa de costumbres cortesanas. Con todo, Brígida no abandonó su vida de austeridad y entrega a los asuntos divinos. Su matrimonio fue feliz y lleno de armonía, bendecido con el nacimiento de ocho hijos.

En el verano de 1341, los esposos hicieron el voto de ir en peregrinación a Santiago de Compostela. Tras el regreso, se retiraron de sus deberes públicos y los dos decidieron dedicarse únicamente a Dios, al alma y a la eternidad. Para entonces, Santa Brígida se había entregado intensamente a la lectura y estudio de la Palabra de Dios. Finalmente, se pusieron de acuerdo para ingresar en una Orden religiosa y dedicarse a la vida de la contemplación, oración y sacrificio. En 1343 muere su esposo en el monasterio cisterciense de Alvastra (Suecia). La Santa, una vez viuda, obtuvo del Señor maravillosas experiencias místicas. El Señor le pidió la fundación de una nueva Orden religiosa. Con la ayuda de los monjes del Císter redactó una primera regla, hacia el año 1347. Distribuyó entre sus hijos y los pobres su cuantiosa fortuna, se libró de los lazos del mundo y siguió a Cristo.

En agosto de 1349, el papa Clemente VI publica una Bula anunciando el Jubileo de 1350 y llamando a los fieles a Roma. Acude a ganar el Jubileo en otoño de 1349, acompañada de sus confesores y varios peregrinos suecos. Precisamente durante su estancia en Roma es cuando Brígida siente más dolorosamente la ausencia del Papa, residente en Aviñón. Hacía 60 años que el Papa había abandonado la Ciudad Eterna y los Estados de la Iglesia estaban completamente abandonados. Desde entonces, el drama de la Iglesia de su tiempo va a ser la obsesión constante de su vida y de su trabajo. Trabajó lo indecible bajo la inspiración divina por la vuelta del Papa a Roma, multiplicando sus austeridades, oraciones y penitencias. Con 70 años peregrina a Tierra Santa. Muere en la Ciudad Santa de Roma en 1373. Es canonizada por Bonifacio IX el 7 de octubre de 1391.

1. RAMA MONÁSTICA

Las monjas Brígidas constituyen el auténtico y verdadero corazón de la Orden del Santísimo Salvador, pues ellas siguen perpetuando y encarnando el carisma y el espíritu que el Señor suscitó en Santa Brígida: la vida estrictamente contemplativa en el claustro.

MM. Brígidas de Altomünster, principios del s. XX

Las monjas Brígidas ofrecen sus vidas al Salvador en verdadera humildad, pura castidad y pobreza voluntaria. La meditación de la Pasión de Jesús y la devoción filial e imitación de la Santísima Virgen María constituyen los pilares en los que se asienta la vida de la monja Brígida. Las alabanzas al Salvador (Oficio Divino solemne) y a la Madre de Dios son la principal tarea a la que entregan sus vidas en el recogimiento claustral. Mas cuando no están ocupadas en los oficios sacros o en el estudio o la lectura espiritual, deben trabajar con sus manos para sustentarse y cubrir los gastos de la comunidad.

MM. Brígidas de Uden, años 50

El silencio debe reinar en el monasterio, reservándose dos tiempos de alegre recreación después de la comida y después de la cena. Los ayunos, mortificaciones y penitencias según mande la Santa Madre Iglesia, con todo, deben ser efectuados con sabiduría, prudencia y moderación, de manera que el cuerpo esté dispuesto siempre para atender a los oficios corporales con fervor y puedan vivir entre los trabajos del monasterio con sana alegría. Con permiso de la Madre Abadesa cada monja tiene lo necesario para su uso personal, con sencillez de espíritu, mortificación y austeridad.

MM. Brígidas de Syon, años 60

A) RAMA MONÁSTICA MEDIEVAL

MM. Brígidas de Uden en la actualidad

Con origen directo en el protomonasterio de Vadstena, esta rama primigenia está constituida por los monasterios que sobrevivieron a las calamidades de la barbarie protestante, la guerra de los Treinta Años, la Revolución Francesa y las desamortizaciones del s. XIX. Son monasterios autónomos, sin vinculación jurídica común. Ya no son dobles sino sólo de mujeres. Tras el cierre de las Abadías de Syon en Inglaterra (2011) y Altomünster en Alemania (2017), actualmente tan solo existen dos abadías: Maria Refugie en Uden (Holanda) y Pax Marie en Vadstena (Suecia). La Abadía de Maria Hart en Weert (Holanda) se fusionó en 2006 con las Hermanas Brigidinas de vida activa para evitar su desaparición.

MM. Brígidas de Vadstena en la actualidad


B) RAMA MONÁSTICA HISPANA: LA RECOLECCIÓN BRIGIDINA

Retrato de la Ven. Marina de Escobar

Santa Brígida y su esposo Ulf peregrinaron a pie a Santiago de Compostela en un viaje que duró dos años entre 1341 y 1343. Ya en el s. XVII, la Orden del Santísimo Salvador aún no había fundado monasterio en España, a pesar de que fue Fray Alfonso de Guadalajara (1330-1389) confesor de Santa Brígida desde 1368 hasta la muerte de la Santa en 1373, y luego el promotor de su causa de canonización y editor de la publicación de sus revelaciones. Probablemente se veía imposible la fundación de un “monasterio doble” en el contexto espiritual y religioso español de la época. Fue la Venerable Marina de Escobar (1554-1633) quien recibió en su lecho de enferma crónica la inspiración de instaurar la Orden del Santísimo Salvador en España. Obtuvo la licencia para ello y consiguió de Urbano VIII la confirmación de las Constituciones en 1628. Sin embargo, falleció en 1633 sin ver iniciado el proyecto. Fue entonces cuando la Sierva de Dios Madre Mariana de San José (1568-1638), fundadora de las Agustinas Recoletas, amiga íntima y pariente de la Venerable Marina, se sintió en la obligación de llevar a cabo la empresa inconclusa. Así, con cuatro monjas Agustinas Recoletas, lideradas por la Madre Inés de la Asunción, se fundó el primer monasterio de la Orden del Santísimo Salvador en Valladolid en 1637.

MM. Brígidas de Tecate (México)

La Venerable Marina de Escobar sometió a modificación algunos capítulos de la Regula Salvatoris de Santa Brígida para adaptar la fundación al contexto español. Enfatizó la vida de oración, recogimiento, penitencia y austeridad en el espíritu del movimiento de Recolección, llamándose Orden de Monjas Recoletas del Santísimo Salvador o Brígidas Recoletas. Esta nueva rama recoleta se instituyó exclusivamente para mujeres, por lo que no siguió la tradición de la Orden desde sus orígenes de erigir monasterios dobles. La Recolección Brigidina fundó 5 monasterios en España: Valladolid (1637), Vitoria (1653- cerrado en 2007), Lasarte (1671), Paredes de Nava (1671) y Azkoitia (1691). El monasterio de Valladolid fundó en la Ciudad de México (1743), y en este país se llegaron a fundar otros tres monasterios: Puebla de los Ángeles (1907), Tecate (1975) y Tijuana (1988). Desde México se fundó monasterio en Venezuela, en Puerto Ordaz (1999), y en Colombia, en Caldas (2017).

MM. Brígidas de Caldas (Colombia)


2. RAMA ITALO-SUECA: HERMANAS BRIGIDINAS

“Mi Dios, te doy gracias porque me has 
concedido el ansia de la búsqueda”.
(Santa Maria Elizabeth Hesselblad)

Las Hermanas Brigidinas de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida fueron fundadas por Santa María Elisabeth Hesselblad (1870-1957) en 1911, en Roma (Italia). Nacida en Suecia, emigró en 1888 a los EEUU donde estudió enfermería en Nueva York. Trabajando como enfermera comienza su conversión al catolicismo (era luterana) y en 1902 recibe el bautismo y pasa a formar parte de la Iglesia Católica.

Casa de Santa Brígida de Suecia en Roma

En 1904, bastante enferma y sin esperanzas de curación, acude a Roma y postrada ante los pies de San Pío X le presenta sus deseos de hacerse con la casa de Piazza Farnese donde había vivido y muerto Santa Brígida de Suecia. En aquella época era un convento de Carmelitas polacas. En 1906 profesa los votos en esta Santa Casa, y tras visitar los monasterios de monjas Brígidas existentes (incluidos los españoles), comienza en 1911 la nueva fundación. Su deseo - que sentía como un mandato del Señor– era dar nueva vida al carisma brigidino proyectándolo al apostolado activo. Es decir, un nuevo brote de la familia religiosa brigidina, abierto al apostolado pero en el que debía primar la vida de oración y contemplación propia de los orígenes de la Orden. Otra característica que distinguirá a la nueva fundación es que asumirá una estructura de gobierno central al frente de la cual está la Abadesa General rigiendo los destinos del Instituto.


Las Hermanas Brigidinas viven intensamente los valores de la vida consagrada, con la escucha, la contemplación, la Adoración Eucarística, la interiorización de la Palabra de Dios, la solemne celebración de la Liturgia de las Horas y la actividad apostólica. Las Brigidinas regentan varias casas de hospitalidad cuya finalidad primaria es el servicio ecuménico como un ejercicio de exquisita caridad, calor humano y espiritual, para todos aquellos que, quizás ricos en bienes materiales, viven en una profunda pobreza interior y están a la búsqueda de nuevos horizontes.


La unidad es la finalidad específica de la Orden y determina las intenciones de la oración, en particular de la comunitaria, y de las obras de penitencia. Con el ofrecimiento total de sus vidas al Santísimo Salvador, las religiosas Brigidinas esperan contribuir a realizar y obtener:

- Reparación por la separación de los pueblos del único Rebaño de Cristo.
- El fin de la dolorosa división entre cristianos, impedimento para la credibilidad del Evangelio.
- La conversión a la verdadera fe de los pueblos que todavía no son cristianos o están descristianizados.
- El incremento y consolidación del sacerdocio ministerial y de la vida consagrada al servicio de la unidad.


La Orden ronda un total aproximado de 700 Hermanas repartidas en conventos en Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Polonia, Alemania, Holanda, Inglaterra, Suiza, Italia, Palestina, Israel, India, Filipinas, Indonesia, Estados Unidos, México y Cuba.


3. MONJES BRIGIDINOS

Los monjes Brigidinos desaparecieron a raíz de las vicisitudes históricas en 1863 con la muerte del último monje exclaustrado. En 1976 el Hermano Benedict Kirby funda en EEUU una nueva comunidad monástica inspirada en el carisma y espiritualidad de la Orden del Santísimo Salvador. Se trata de una comunidad estrictamente contemplativa que siguiendo el modelo primitivo del monacato, no ordena de manera ordinaria a sus miembros. Su vida comunitaria está centrada entorno a la Divina Liturgia: Santa Misa (los viernes en Latín) y el Oficio Divino solemne.


Como hijos de Santa Brígida, la devoción a la Pasión del Salvador y a la Santísima Virgen María, la fidelidad al Papa, y la oración por las almas del purgatorio y la unidad de los cristianos, constituyen pilares esenciales de su modo propio de ser y estar en la Iglesia. Los monjes Brigidinos, presentes en un solo monasterio, se sustentan a través de la producción de dulces y productos artesanos monásticos.