La Comunidad Monástica de Siloé fue fundada en 1997
en la Diócesis de Grosseto (Italia). Cuando a los monjes les fue donado un
terreno para la construcción de su actual monasterio, encontraron en él un
manantial que rebosaba agua pura, y les vino a la mente el estanque de Siloé,
donde Jesús devolvió la vista a un ciego de nacimiento. Siloé, por tanto, hace
referencia a la protección divina y la misericordia del Señor que hace que los
ciegos vean.
Los monjes profesan la Regla de San Benito y
constituyen elementos de su vida la oración litúrgica, el trabajo, la
estabilidad, la fraternidad y la conversión-crecimiento personal. Un elemento
característico de la comunidad es su empeño por conducirse con una ética
medioambiental que respete la Creación. Esto se hace realidad a través de los
materiales de construcción del monasterio, la alimentación de la comunidad, el
cultivo de árboles y plantas autóctonos en la huerta, el reciclaje, la energía
renovable, etc. El monasterio cuenta con hospedería y los monjes trabajan en la
producción de aceite, miel y productos alimentarios de factura artesana.