¿Cómo son los jóvenes que vienen a nosotros? Responden los Dominicos



Foto oficial de la reunión

Del 11 al 14 de abril de 2012, en Lisboa, tuvo lugar la reunión de Provinciales y Vicarios Dominicos de Europa, presidida por su Maestro General Fray Bruno Cadoré. Su tema, el de la Misión de la Orden en la postmodernidad. Entres las diversas ponencias nos ha llamado la atención la de Fr. Miguel de Burgos, Provincial de la Bética (España), sobre los rasgos de los jóvenes que se interesan por la vida de la Orden y los retos que plantean a la comunidad formativa. La transcribimos a continuación:

(…) Si hablamos de nueva evangelización es necesario decir que no se puede anunciar el Evangelio en los mismos términos y coordenadas teológicas de siempre, pues entonces no podríamos hablar de algo nuevo.

Uno de los elementos importantes es que si en la modernidad se ha tenido en cuenta el ateísmo, el ateísmo militante, y de ello se ha hecho una lucha, en la posmodernidad muchos hablan de que ahora no es el problema. El peligro no es tanto luchar contra el ateísmo, sino contra dos fenómenos muy dispares, pero nada sorprendentes: la indiferencia religiosa o su contrario, el fundamentalismo. Este segundo es más peligroso, si cabe, porque desde la indiferencia se puede llegar a una experiencia sanadora y buscadora de Dios y del sentido de la vida religiosa. No lo vamos a analizar, pero yo diría que prefiero hablar antes con un indiferente religioso que con un fundamentalista que todo parece tenerlo claro, sin que quepa fácilmente en su mente, y en su corazón, el misterio afectivo de la misericordia para vivir o perdonar. Y en este caso deberíamos preguntarnos si entre nuestras vocaciones a Dominicos vienen más de una actitud de indiferencia religiosa o de fundamentalismo. Esto “da que pensar”… como dice Ricoeur.

Datos suministrados por diversos formadores sobre los jóvenes que se interesan por nuestra Orden:

- Vienen pocos, y quizás no vienen aquellos que deseamos que lo hicieran, en los que hemos invertido tiempo, dedicación y cuidado. No suelen venir los jóvenes de nuestros colegios, parroquias, ni residencias universitarias.

- Y no son tan jóvenes. El arco de edad es muy amplio y variado, aunque predominan las edades de quienes ya han tenido experiencias serias.


Con el Maestro General en su visita a España en 2011

- Suelen ser conservadores, como la mayoría de los jóvenes actuales. En sensibilidad religiosa lo son, pero también a nivel político (les cuesta el compromiso), y a nivel social. Y por supuesto, a nivel eclesial y litúrgico. Es lo mismo que decir que son inseguros, y que aunque no lo aparentan, tienen miedo. Por eso necesitan agarrarse a normas y tradiciones.

- Vienen heridos, a veces rotos y hasta decepcionados. Ya han probado muchos caminos, tienen experiencias muy diversas. A veces, inconscientemente, sólo piden ser queridos, ser escuchados, ser sanados. Porque quizás la sociedad no tiene muchos ámbitos de sanación profunda. Y si los tiene, y ellos los conocen, les han decepcionado.

- Son los jóvenes de las nuevas tecnologías. Nos han conocido en Internet, en nuestras páginas oficiales, y también en aquellas otras personales de algunos frailes o instituciones. Ya se han descargado nuestras Constituciones y han ojeado nuestros Capítulos Generales (digitalizados, claro).

- No han sentido el flechazo por la Orden. Han visto otras opciones, y finalmente deciden ésta. A veces provienen de otros Institutos o Seminarios. Cuando pasan un tiempo con nosotros les convence y hacen suyo nuestro estilo y carisma.

- Proceden de culturas variadas. No es extraño que jóvenes de otros países (sobre todo de países menos desarrollados) soliciten ingresar en España. Nos encontramos también con jóvenes de otros países que han pasado en el nuestro los últimos años, y que están en proceso de regularización. De cualquier forma se mueven mucho, no tienen miedo a viajar…


En el Capítulo General, Roma 2010

- Tienen un camino de fe muy irregular y hasta simple. Muchos tienen una formación cristiana mínima, y a veces de oídas, recibida en una escuela laica. En ocasiones no la han recibido en el ambiente familiar. Pero han vivido alguna experiencia que les ha marcado y hecho reconsiderar su propia vida. Es urgente ayudarles a vivir una experiencia cristiana seria, iniciarles en la oración, en la práctica religiosa.

- Les cuesta renunciar a los bienes materiales. Ya lo han tenido todo: un trabajo, una autonomía económica, un estilo de vida acomodado, unas familias bien situadas. Les cuesta tener que dejar su coche, su vivienda independiente, sus sueldos, sus empresas o puestos de trabajo, la libertad de salir, o de ir a un gimnasio.

Han vivido de manera independiente e individualista. Han tenido independencia de sus familias, y en ocasiones tienen una vinculación débil a ellas.

- Han probado muchas experiencias. Se han enamorado y desenamorado; han vivido en pareja; han probado las aventuras sexuales sin mucho compromiso. No han sido ajenos al alcohol, o hasta las drogas más comunes. Han viajado bastante y conocido muchas realidades.

- Se muestran seguros, pero no lo son. No tienen certezas absolutas de que éste sea su camino; quizás han probado otros carismas religiosos, otros Institutos, y no han encajado en ellos. Son indecisos…

- Tienen mucha necesidad de comunicación, pero no son del todo transparentes. Te piden, para comunicarse contigo, el móvil, el “whatsapp”, el correo electrónico, las redes sociales… Pero no acabas de conocerlos, no se dejan ver del todo…. Se comunican mucho en cantidad, pero poco en calidad.

- Temen el conflicto, la propia crisis. Necesitan mantener una seguridad exterior donde no puedan ser cuestionados por nadie.


Noviciado Interprovincial de España: toma de hábito de dos novicios en Sevilla (2010)

- Viven con pasión el nivel afectivo, en lo que tiene de positivo y de negativo. A veces no terminan de definirse a nivel de orientación sexual. Pero no se comprometen del todo.

- Tienen ilusión, mucha ilusión, por vivir el futuro. Aunque ellos se consideran “del presente”. Lo sueñan e imaginan. Y tienen una tremenda urgencia de empezar a vivirlo, aun a costa de quemar etapas, de adelantar acontecimientos. Quieren el mañana ahora…

- Cuestionan, nos cuestionan. Cuestionan las normas morales y las normas de la Iglesia, a veces sin argumentos definidos. Cuestionan nuestro estilo de vida, que en ocasiones asumen “porque no hay más remedio”. No les gustan las prohibiciones y les cuesta aceptar la autoridad.

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No comentaremos este perfil porque nos extenderíamos mucho. Solamente diremos que son unas apreciaciones interesantes, posiblemente cercanas a la realidad, aunque a veces incoherentes pues tanto se dice que estos jóvenes “suelen ser conservadores, como la mayoría de los jóvenes actuales. En sensibilidad religiosa (…) por supuesto, a nivel eclesial y litúrgico. Es lo mismo que decir que son inseguros, y que aunque no lo aparentan, tienen miedo. Por eso necesitan agarrarse a normas y tradiciones” y a la vez que “tienen un camino de fe muy irregular y hasta simple (…) cuestionan las normas morales y las normas de la Iglesia”. Y por último, estaría bien que confeccionasen también un perfil de ellos mismos, de sus rasgos reales como Dominicos. Sería muy interesante…