Mirar a Cristo con los ojos de Francisco

Franciscanos de la Renovación
***
De la conferencia de Fray Raniero Cantalamessa en el Capítulo de las Esteras de 2009 en Asís, con motivo del VIII Centenario de la aprobación de la Santa Regla de San Francisco:

“(…) Cuando Francisco miraba atrás, veía a Cristo; cuando nosotros miramos atrás, vemos a Francisco. La diferencia entre él y nosotros está toda aquí, pero es enorme. Pregunta: ¿en qué consiste entonces el carisma franciscano? Respuesta: ¡en mirar a Cristo con los ojos de Francisco! El carisma franciscano no se cultiva mirando a Francisco, sino mirando a Cristo con los ojos de Francisco.

(...) Cristo es todo para Francisco: es su única sabiduría y su vida. Antes de convertirse en una visión teológica en San Buenaventura y Scoto, el cristocentrismo fue una experiencia vivida, existencial e irreflexiva de Francisco. No hay tiempo ni necesidad de multiplicar las citas. Al final de la vida, a un hermano que le exhortaba a que le leyeran las Escrituras, Francisco respondía: "Estoy ya tan penetrado de las Escrituras, que me basta, y con mucho, para meditar y contemplar. No necesito de muchas cosas, hijo; sé a Cristo Pobre y Crucificado".

(…) La condición para poder desempeñar la tarea de puente entre la Iglesia y el mundo es tener, como San Francisco, un profundo amor y fidelidad a la Iglesia y un profundo amor y solidaridad con el mundo, sobre todo con el mundo de los humildes. Un medio no desdeñable es asimismo nuestro sayal franciscano. A través de él, Francisco se hace presente también visiblemente a los hombres de hoy. Si la gente nunca nos ve con el hábito, ¿cómo puede identificarnos como hijos de Francisco? Estoy convencido de que si los franciscanos dejaran de llevar sistemáticamente el hábito religioso en público, aún cuando se encuentran en países cristianos y católicos, privarían al mundo de un gran don y a sí mismos de una gran ayuda. Con su hábito, Francisco (como dice de Abel la Carta a los Hebreos), "aún muerto, habla todavía" (Hb 11,4)".