"No basta dar dinero a los pobres. El dinero no tiene ojos, labios, ni corazón. El dinero no hablará, no consolará, no aconsejará. Mientras que el pobre necesita consuelo, alivio, consejo y esperanza. La verdadera prueba del amor y misericordia para con los pobres es visitarlos". (S. José Sebastián)
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El Instituto de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, fue fundado en 1894 en Cracovia (Polonia) por San José Sebastián Pelczar y la Sierva de Dios Madre Clara Szczesna, con el propósito de glorificar a Dios, santificar a las religiosas y trabajar en obras de misericordia a favor de la infancia necesitada. La tarea principal de la Congregación es la alabanza de Dios Uno y Trino en el misterio del Sagrado Corazón de Jesús y la propagación del amor de este Corazón en la vida cotidiana. Este carisma está resumido en el saludo de las hermas: "Alabado sea el Sagrado Corazón de Jesús. Sea alabado"; recordado constantemente en el bordado sobre el pecho de su hábito religioso.
Su vida religiosa, basada en la espiritualidad franciscana, es semi- contemplativa, primando ante todo la dimensión orante y de configuración, a través de la Santa Liturgia y la Eucaristía, con el Corazón de Cristo, henchido de amor por la salvación de las almas. Carácter expiatorio tienen las adoraciones eucarísticas de la Hora Santa que las Hermanas practican en comunidad por las noches, los jueves vísperas del primer viernes de cada mes, en la hora de la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos. En este mismo espíritu, las Hermanas adoran diariamente al Santísimo y practican la frecuente comunión expiatoria, según la doctrina de Santa Margarita María de Alacoque.
La imitación del Salvador las lleva a realizar un fecundo apostolado: enseñanza, catequesis, colaboración en parroquias, ayuda a las familias, misiones… El Instituto está presente, con más de seiscientas religiosas, en Polonia (web), Francia, Italia, Ucrania, Estados Unidos (web), Libia, Jamaica, India y Bolivia (web). En países con especiales condiciones climáticas adversas, las Siervas visten un hábito religioso adaptado de color blanco.