“El mundo necesita encarnarse asimismo el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo para vivir de acuerdo con el plan amoroso de Dios por la humanidad. La Paz y la Verdad nos vendrán a través de los Sacramentos de la Iglesia. Necesitamos urgentemente rendir nuestra propia voluntad a la Voluntad Divina de Dios para servir y respetar a nuestros humildes y regios Sacerdotes para siempre.” (Madre Lillie)
Las Trinitarias de María fueron fundadas por la Madre Lillie en 1992 en Tijuana (México). En el Santuario de Fátima la Madre recibió la inspiración de fundar una nueva congregación religiosa cuyo fin principal sería la adoración perpetua del Santísimo Sacramento, la oración ininterrumpida por la perseverancia y santidad de los sacerdotes, y la conversión del mundo a Jesucristo. En su labor fue guiada y apoyada espiritualmente por la Beata Teresa de Calcuta.
Por los sacerdotes
Aunque su principal misión es la adoración y oración intercesora, las Trinitarias de María atienden en su Casa Madre de “Monte Tabor” un pequeño internado para niñas de escasos recursos económicos, donde reciben una educación escolar gratuita y una correcta instrucción catequética.
Consagrada a la Stma. Trinidad
Las Hermanas, además, organizan retiros para seglares y sacerdotes, procuran socorrer en la medida de sus posibilidades las necesidades materiales de los más pobres, organizan jornadas de adoración- oración y rezo del Santísimo Rosario, y producen discos de música religiosa para colaborar con el mantenimiento de la obra. Las Hermanas Trinitarias de María están presentes en México y los EE.UU.
“Es hermoso estar con Él y, reclinadas sobre su Pecho como el Discípulo Predilecto, palpar el Amor infinito de su Corazón”.
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Madre Lillie buscó la dirección espiritual de la B. Madre Teresa de Calcuta. En una ocasión, Madre Lillie voló a Nueva York para verla y pedirle consejo sobre cómo fundar una nueva congregación en la Iglesia. Con lágrimas en los ojos Madre Lillie le preguntó a la Madre Teresa: “¿Qué hago con esta Obra de Dios?”. Madre Teresa respondió: “Si es Obra de Dios, va a suceder”. Madre Lillie, con la sencillez de una niña exclamó: “No le pregunto si esta Obra es de Dios, le pregunto ¿qué hago con la Obra de Dios?!” .Tomada por sorpresa, la Beata miró penetrantemente a la Madre Lillie en los ojos y lentamente asintió con la cabeza y dijo: “Sí, sí, esta es la Obra de Dios. Todo lo que te puedo decir entonces es que te hagas a un lado del camino y le dejes a Él hacerlo. ¡Dásela a DIOS!”.